Durante 28 días lobo grito y aulló de dolor a luna en los cielos, clamando piedad por la que llamaban su hija. Luna, abrumada por la tristeza fue escondiéndose más y más en el cielo negro sin querer ver desde las alturas a su hija yacer sin vida. La gran luz que iluminaba la noche oscura se fue apagando poco a poco conforme la esperanza por regresarle la vida a la chica moría día con día. Cuando zanate y su ejército regresaron solo quedaba una pequeña rendija en forma de uña en el cielo, iluminando la cueva donde su hija descansaba. Serpiente la había mordido evitando que la decadencia cayera sobre su cuerpo. Lobo se pasaba los días durmiendo junto a la chica, buscando en sus sueños como le habían enseñado los hombres una forma de recuperarla, de decirle lo que sentía por ella. Serpiente y zorro fueron los primeros en ver a Zanate regresar, temieron lo peor al ver su rostro, preguntaron pero esté no quiso hablar con nadie más que lobo. Entro directamente a la cueva y encontró
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